Las
actitudes son aprobaciones o desaprobaciones a través de enunciados llamados de
evaluación es decir es la forma de representar como se siente una persona. Las
actitudes no son lo mismo que los valores pero están inter-relacionados. Igual
que los valores las actitudes las adoptamos de los padres, grupos sociales,
maestros. Nacemos con cierta predisposición y a medida que vamos creciendo
tomamos los que vemos de las personas que respetamos, admiramos o se dice
incluso de los que tememos. Vamos moldeando nuestras actitudes al ir observando
a los demás. Se dice también que las actitudes son más inestables ya que son
moldeables a la conveniencia de personas o empresas obteniendo de ellas un
comportamiento deseable.
Los
tipos de actitudes que se consideran en el libro son aquellos que se relacionan
con el trabajo y son los que el Comportamiento Organizacional enfoca en mayor
forma y son tres actitudes:
Satisfacción en el trabajo: que es la actitud que un empleado asume
respecto a su trabajo. De forma lógica aquellas personas que obtienen un alto
nivel de satisfacción con sus actividades establecen actitudes muy positivas y
benéficas
Involucramiento con el
trabajo.- Es el grado en que
los empleados se sumergen en sus labores, invierten tiempo y energía en ellos y
conciben el trabajo como parte central de su existencia. Mide el grado en el
que la persona se valora a sí mismo a través de la identificación sociológica
en su puesto dentro de la empresa. A los trabajadores plenamente identificados
realmente les importa el trabajo que realizan.
Compromiso organizacional.- Es el grado en el que un empleado se
identifica con la organización y desea seguir participando activamente en ella.
Es aquella que se refiere a que el empleado se identifica con la empresa,
metas, objetivos y que esta metido en ello como cualquier otro que labora ahí,
es decir este se refiere a identificarse con el servicio persona a la
organización y el compromiso con el trabajo a identificarse con su labor
específica.
·
Compromiso
afectivo: (deseo) se refiere a los lazos emocionales que las personas forjan con la organización,
refleja el apego emocional al percibir la satisfacción de necesidades
(especialmente las psicológicas) y expectativas, disfrutan de su permanencia en
la organización. Los trabajadores con este tipo de compromiso se sienten orgullosos de
pertenecer a la organización.
· Compromiso
de continuación: (necesidad) señala el reconocimiento de la persona, con
respecto a los costos (financieros, físicos, psicológicos) y las pocas
oportunidades de encontrar otro empleo, si decidiera renunciar a la
organización. Es decir, el trabajador se siente vinculado a la institución
porque ha invertido tiempo, dinero y esfuerzo y dejarla implicaría perderlo
todo; así como también percibe que sus oportunidades fuera de la empresa se ven
reducidas, se incrementa su apego con la empresa.
·
Compromiso
normativo: (deber) es aquel que encuentra la creencia en la lealtad a la
organización, en un sentido moral, de alguna manera como pago, quizá por
recibir ciertas prestaciones; por ejemplo cuando la institución cubre la
colegiatura de la capacitación; se crea un sentido de reciprocidad con la
organización. En este tipo de compromiso se desarrolla un fuerte sentimiento de
permanecer en la institución, como efecto de experimentar una sensación de
deuda hacia la organización por haberle dado una oportunidad o recompensa que
fue valorada por el trabajador.
El
compromiso organizacional consiste, entonces, en aquellas actitudes de los
empleados por medio de las cuales demuestran su orgullo y satisfacción de ser
parte de la organización a la que pertenecen. Significa coloquialmente “ponerse
la camiseta” de la empresa y verse como parte de ella. Esta actitud es de gran
beneficio para las organizaciones ya que significa contar con personas
comprometidas, trabajando no solo por alcanzar un objetivo personal sino
también por el éxito de la organización en general.